Poros dilatados y rostro brillante, ¿cómo purificar mi piel?

Poros dilatados y rostro brillante, ¿cómo purificar mi piel?

Los poros dilatados y el exceso de brillo en el rostro son señales claras de desequilibrio en la piel. Se producen cuando hay una sobreproducción de sebo, provocada por factores hormonales, ambientales o incluso emocionales. Pero calma: si te preguntas cómo purificar la piel grasa de forma respetuosa y duradera, aquí tienes las respuestas que tu piel estaba esperando.

¿Qué el exceso de sebo y brillos en la piel?

Para entender cómo purificar la piel grasa, primero debemos conocer cómo funciona el sebo. Esta sustancia oleosa, producida por las glándulas sebáceas, crea una fina película sobre la piel: el film hidrolipídico, cuya misión es:

● Retener la hidratación
● Proteger de agresiones externas (contaminación, viento, sol…)

Cuando todo está equilibrado, la piel se mantiene normal, quizás un poco más grasa en la zona T (frente, nariz y mentón). Pero cuando hay un exceso de sebo, aparecen brillos, poros abiertos, granitos e imperfecciones. Las causas pueden ser múltiples: pubertad, estrés, alimentación inadecuada, contaminación, cambios hormonales o incluso el uso de cosméticos agresivos.

Cómo purificar la piel grasa en 4 pasos esenciales

Aceptarlo es el primer paso. Y el segundo, cuidarla con suavidad, no con agresividad. Estos son los gestos que marcan la diferencia:

1. Desmaquillar con suavidad

Usa fórmulas ligeras y suaves como un agua micelar purificante, ideal para pieles grasas y sensibles. Ingredientes como el zinc y el cobre ayudan a regular sin irritar.

2. Limpiar y exfoliar 

Un gel limpiador usado mañana y noche, será tu mejor aliado. Complementa con una exfoliación suave (1 o 2 veces por semana) con microgránulos naturales como polvo de hueso de albaricoque. ¡Nada de exfoliantes agresivos si tienes granitos!

3. Tratar con activos puros

 Si aún te preguntas cómo purificar la piel grasa de forma efectiva, la clave está en los activos inteligentes. El gluconato de zinc es ideal para regular el sebo y calmar la piel. Complementa con una hidratante no comedogénica y matificante, libre de aceites pesados como el de coco o karité.

Consejo final:

Purificar la piel grasa no significa agredirla, sino restablecer su equilibrio con respeto y constancia. Con los productos adecuados y una rutina adaptada, es posible decirle adiós a los brillos y a los poros dilatados… y darle la bienvenida a una piel más sana, fresca y luminosa.