Dermatología: generalidades sobre la piel
La piel es una envuelta protectora y sensorial en constante proceso de renovación que posee una estructura compleja y una increíble organización. Lugar central de intercambios e interacciones, es el último vínculo entre el entorno externo y nuestro organismo.
La piel refleja nuestras emociones y el punto de partida de nuestras sensaciones… No es sorprendente si tenemos en cuenta que, bajo una superficie de no más de 1 cm², hay hasta 2.500 células especializadas en transmitir señales sensoriales y 12 metros de fibras nerviosas que conducen sus estímulos a lo largo de todo nuestro cuerpo.
La superficie total de la piel de nuestro cuerpo representa entre 1 y 2 m² para un espesor medio de 3 mm. Entre sus muy numerosos constituyentes, hay además 5 millones de folículos pilosos y 3 millones de glándulas sudoríparas responsables de la sudoración.
Dermatología: las funciones de la piel
Las funciones de la piel son múltiples, complejas y específicas de cada uno de sus constituyentes.
- Una función protectora: por su estructura constituida por 3 capas sucesivas denominadas: epidermis (visible en la superficie), dermis e hipodermis, la piel lucha contra la pérdida de agua, los rayos UV, la penetración de sustancias patógenas reacciona frente a las variaciones de temperatura (termorregulación) y combate la proliferación bacteriana gracias a su pH ligeramente ácido en la superficie. Una función de síntesis: la piel sintetiza proteínas de estructura que aseguran su mantenimiento, vitamina D y libera pigmentos responsables de su color.
- Una función sensorial: las terminaciones nerviosas cutáneas permiten sentir calor, frío, tacto y dolor. Estas percepciones permiten a la piel activar reacciones de defensa y adaptarse a su entorno.